¿Alguna vez te has preguntado si tu perro distingue los colores de sus juguetes? Es común elegir accesorios vistosos, pensando que esos tonos intensos le llaman la atención. Pero la verdad es otra: los perros ven el mundo de una forma completamente distinta.
En Valencia, donde los paseos, entrenamientos y momentos de juego son parte del día a día, entender cómo percibe tu perro su entorno puede marcar la diferencia entre el caos y la conexión real.
A diferencia de los humanos, que tenemos tres tipos de conos (células responsables de la visión del color), los perros solo tienen dos. Esto significa que su espectro visual está limitado a ciertos tonos.
Los colores que distinguen con más claridad son:
En cambio, los colores como el rojo, el naranja o el verde se perciben de forma confusa o apagada, a veces como un marrón grisáceo.
Esto implica que muchos juguetes o accesorios en tonos vivos pasan desapercibidos para ellos, o no tienen el impacto visual que crees.
Si en casa sientes que tu perro se distrae fácilmente, no acude cuando lo llamas o ignora los juguetes, quizás no se trata de su carácter, sino de una mala elección visual.
Aquí tienes algunos consejos prácticos:
Juguetes en azul o amarillo: son los más visibles y fáciles de encontrar para ellos, incluso en entornos naturales como parques o playa.
Evita tonos rojos o verdes: se confunden con el fondo, sobre todo si hay césped o tierra.
Usa mantas o señales visuales en los tonos adecuados para reforzar la comunicación.
Esto no solo mejora su respuesta, sino que también baja el nivel de frustración durante el juego o el entrenamiento.
Muchos tutores en Valencia quieren fotos donde el perro mire a cámara, se muestre atento, y no se distraiga con estímulos innecesarios. Aquí es donde este conocimiento se vuelve oro.
Sabiendo qué colores captan su atención, se pueden usar estratégicamente en el entorno o en los accesorios, mejorando su enfoque y ayudando a capturar miradas reales y naturales.
Por eso, en una sesión profesional, elegimos objetos que el perro sí ve, para conseguir esa expresión viva que tanto valoras.
El hecho de que tu perro no distinga todos los colores no lo hace menos perceptivo. De hecho, su atención al movimiento, los sonidos y tu lenguaje corporal es altísima.
Pero si lo ayudas visualmente, todo fluye mejor. El entrenamiento se vuelve más claro, el juego más fluido y tu vínculo más sólido.
Este pequeño cambio en tu forma de ver las cosas puede generar un cambio real en su día a día. Comprender su mundo visual te permite ajustar detalles cotidianos para hacerlo más comprensible y seguro.
Y cuando un perro entiende lo que pasa a su alrededor, se siente más relajado, más conectado… y tú también.